Dicernimiento sobre Felicidad.

La felicidad está en saber que uno está atendiendo lo que puede controlar, en la mejor forma que uno puede hacerlo.
Para ello, hay que saber que cosas se pueden controlar y que cosas no se pueden controlar.

En ello una gran lección:

Se pueden controlar las decisiones que tomamos. El tiempo y como lo usamos.
Se puede controlar el encontrar sabiduría de cada una de nuestras experiencias.
Se puede controlar el que cada una de nuestras acciones cumpla con los 10 mandamientos.
Se puede asegurar que cada una de nuestras acciones sea amando al prójimo como y en la misma medida en que uno se ama a sí. Si el amar a otro significa dañarse la felicidad de sí... hay un problema de razonamiento.
Se puede controlar nuestra voluntad, usando nuestra creatividad, para que nuestras acciones sean equilibradas, tomando en cuenta nuestros principios y valores.


Es nuestra responsabilidad procurar nuestra propia felicidad.
No es justo pedirle a otros que procuren nuestra felicidad.
No es justo pensar que otros no pueden procurar su propia felicidad.
No es justo interferir con la busqueda de felicidad de otra persona.
No es justo permitir que otra persona interfiera con la búsqueda de nuestra felicidad.
La felicidad se encuentra en dicernir lo que podemos controlar de lo que no podemos controlar, para mantner ese equilibrio entre amarse a si mismo y amar al prójimo.